martes, 15 de enero de 2013

EL ENTORNO FRENTE AL DESARROLLO DEL COMERCIO ELECTRONICO Y LA SOCIEDAD DE LA INFORMACION


Sin lugar a duda en  las últimas dos décadas hemos sido testigos como alrededor del mundo han ocurrido grandes cambios tanto económicos como sociales, políticos, culturales y tecnológicas, los cual han sido impulsados gracias a la globalización. Todos estos cambios han cambiado nuestros hábitos de consumo, forma de vida, de pensar y actuar frente al mundo y las situaciones que día a día nos rodean. La globalización ha acabado con todo tipo de barreras, restricciones y muros entre las naciones y las personas. Debido a las diferentes transformaciones y los entornos cambiantes en los que el hombre ha estado durante toda su existencia, han provocado y a la vez incentivado que el hombre busque manera de superarse y desarrollar nuevas tecnologías, metodologías e inventar nuevos productos con tal de facilitar y mejorar el diario vivir. De esta necesidad nació el internet, “Podemos definir a Internet como una "red de redes", es decir, una red que no sólo interconecta computadoras, sino que interconecta redes de computadoras entre sí.
Una red de computadoras es un conjunto de máquinas que se comunican a través de algún medio (cable coaxial, fibra óptica, radiofrecuencia, líneas telefónicas, etc.) con el objeto de compartir recursos. De esta manera, Internet sirve de enlace entre redes más pequeñas y permite ampliar su cobertura al hacerlas parte de una "red global". Esta red global tiene la característica de que utiliza un lenguaje común que garantiza la intercomunicación de los diferentes participantes; este lenguaje común o protocolo (un protocolo es el lenguaje que utilizan las computadoras al compartir recursos) se conoce como TCP/IP[1]”.
Definitivamente el internet llego para quedarse, para cambiarnos la forma de vivir y convivir entre nosotros mismo, esto marco la historia del ser humano en dos, la era antes del internet y la era pos internet.  Indudablemente el internet nos trajo dos avances importantes que cambiaron la forma de hacer negocios, estos cambios fueron el “e-commerce” y el “e-business”. Las definiciones del E-commerce son muchas para algunos significa vender artículos a través del www; Para otros incluye el cobrar por el contenido de un Web Site o hacer publicidad a través de Internet y ofrecer servicios de e-mail. Y por el otro lado el E-business  que para muchos significa ir más allá y se habla de transacciones no sólo entre compañía - cliente individual, sino transacciones entre compañías. Sin importar la definición de estos dos términos, lo importante es entender que esta será la próxima tendencia en la  evolución de los negocios y de la economía mundial, hacia la que todos están migrando.

Dentro de este surgimiento del comercio electrónico existen dos conceptos que hay que aclararlos los cuales son B2C & B2B. El business to consumer  es  el comercio electrónico que realizan las empresas con los particulares. Potencialmente, tiene un gran recorrido a largo plazo y en la actualidad se va asentando en sectores como la distribución alimentaria. Así, las grandes cadenas de supermercados e hipermercados ya disponen en sus portales de aplicaciones de venta a través de internet[2].  y el busines to business  es la parte de las relaciones entre jugadores activos de la cadena económica: productores, proveedores, intermediarios,  transportistas, etc.

La tecnología del internet creo la revolución de la era digital, la cual es considera como el gran explosor de la globalización,  ya que esta se hizo más profunda y se expandió con mayor rapidez gracias al internet, el nacimiento del email permitió que las personas se comunicaran en tiempo real, sin importar el lugar, el tiempo o ubicación. Estos fueron tres conceptos que la globalización y la tecnología como el internet cambiaron radicalmente. Gracias a lo anterior nacieron empresas como Amazon, que actualmente es uno de los gigantes de internet, que comenzó vendiendo libros y ahora vende un centenar de productos a millones de clientes a nivel mundial; la tienda de música virtual Itunes store, que fue lanzada por Apple, que cambio la forma de comprar música y claramente también redujo los costos de los mismos; Ebay con la revolución de las compras de diferentes artículos por internet, Zappos con los zapatos y el nacimiento de los motores de búsqueda, las redes sociales y demás, son claros ejemplos como el internet ha desarrollado nuevos negocios y ha cambiado paradigmas además de crear e impulsar el comercio electrónico.

Indudablemente el comercio electrónico nos ha facilitado la vida, nos cambio la forma de hacer compras y redujo los costos de los mismos, nos puso el mundo en un click, ya que podemos comprar miles de productos en un solo día sin movernos de un sitio, y lo mejor de todo nos llega a la puerta de nuestra casa en tiempo record.   Pero esto no ha sido del todo bueno ya que personas inescrupulosas han utilizado el estallido del comercio electrónico para estafar y robar a muchos incautos que utilizan estos servicios.
Por otro lado escuchamos que se habla mucho de la sociedad de la información, pero nos preguntamos ¿Qué rasgos la definen? ¿ qué tanto puede cambiar o cambio la vida de las personas esta sociedad? , estas son preguntas que  muchos nos hacemos pero a continuación dispondremos de 10 rasgos de la sociedad de la información  según Raúl Trejo Delarbre 

Investigador titular en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM
  • Exuberancia.. Disponemos de una apabullante y diversa cantidad de datos. Se trata de un volumen de información tan profuso que es por sí mismo parte del escenario en donde nos desenvolvemos todos los días.
  • Omnipresencia. Los nuevos instrumentos de información, o al menos sus contenidos, los encontramos por doquier, forman parte del escenario público contemporáneo (son en buena medida dicho escenario) y también de nuestra vida privada. Nuestros abuelos (o bisabuelos, según el rango generacional en el que estemos ubicados) fueron contemporáneos del surgimiento de la radio, se asombraron con las primeras transmisiones de acontecimientos internacionales y tenían que esperar varios meses a que les llegara una carta del extranjero; para viajar de Barcelona a Nueva York lo más apropiado era tomar un buque en una travesía de varias semanas. La generación siguiente creció y conformó su imaginario cultural al lado de la televisión, que durante sus primeras décadas era sólo en blanco y negro, se enteró con pasmo y gusto de los primeros viajes espaciales, conformó sus preferencias cinematográficas en la asistencia a la sala de cine delante de una pantalla que reflejaba la proyección de 35mm y ha transitado no sin asombro de la telefonía alámbrica y convencional a la de carácter celular o móvil. Los jóvenes de hoy nacieron cuando la difusión de señales televisivas por satélite ya era una realidad, saben que se puede cruzar el Atlántico en un vuelo de unas cuantas horas, han visto más cine en televisión y en video que en las salas tradicionales y no se asombran con la Internet porque han crecido junto a ella durante la última década: frecuentan espacios de chat, emplean el correo electrónico y manejan programas de navegación en la red de redes con una habilidad literalmente innata. Esa es la Sociedad de la Información. Los medios de comunicación se han convertido en el espacio de interacción social por excelencia, lo cual implica mayores facilidades para el intercambio de preocupaciones e ideas pero, también, una riesgosa supeditación a los consorcios que tienen mayor influencia, particularmente en los medios de difusión abierta (o generalista, como les llaman en algunos sitios).

  • Irradiación. La Sociedad de la Información también se distingue por la distancia hoy prácticamente ilimitada que alcanza el intercambio de mensajes. Las barreras geográficas se difuminan; las distancias físicas se vuelven relativas al menos en comparación con el pasado reciente. Ya no tenemos que esperar varios meses para que una carta nuestra llegue de un país a otro. Ni siquiera debemos padecer las interrupciones de la telefonía convencional. Hoy en día basta con enviar un correo electrónico, o e-mail, para ponernos en contacto con alguien a quien incluso posiblemente no conocemos y en un país cuyas coordenadas tal vez tampoco identificamos del todo.
  • Velocidad. La comunicación, salvo fallas técnicas, se ha vuelto instantánea. Ya no es preciso aguardar varios días, o aún más, para recibir la respuesta del destinatario de un mensaje nuestro e incluso existen mecanismos para entablar comunicación simultánea a precios mucho más bajos que los de la telefonía tradicional.
  • Multilateralidad / Centralidad. Las capacidades técnicas de la comunicación contemporánea permiten que recibamos información de todas partes, aunque lo más frecuente es que la mayor parte de la información que circula por el mundo surja de unos cuantos sitios. En todos los países hay estaciones de televisión y radio y en muchos de ellos, producción cinematográfica.. Sin embargo el contenido de las series y los filmes más conocidos en todo el mundo suele ser elaborado en las metrópolis culturales. Esa tendencia se mantiene en la Internet, en donde las páginas más visitadas son de origen estadounidense y, todavía, el país con más usuarios de la red de redes sigue siendo Estados Unidos.
  • Interactividad / Unilateralidad. A diferencia de la comunicación convencional (como la que ofrecen la televisión y la radio tradicionales) los nuevos instrumentos para propagar información permiten que sus usuarios sean no sólo consumidores, sino además productores de sus propios mensajes. En la Internet podemos conocer contenidos de toda índole y, junto con ello, contribuir nosotros mismos a incrementar el caudal de datos disponible en la red de redes. Sin embargo esa capacidad de la Internet sigue siendo poco utilizada. La gran mayoría de sus usuarios son consumidores pasivos de los contenidos que ya existen en la Internet.
  • Desigualdad. La Sociedad de la Información ofrece tal abundancia de contenidos y tantas posibilidades para la educación y el intercambio entre la gente de todo el mundo, que casi siempre es vista como remedio a las muchas carencias que padece la humanidad. Numerosos autores, especialmente los más conocidos promotores de la Internet, suelen tener visiones fundamentalmente optimistas acerca de las capacidades igualitarias y liberadoras de la red de redes (por ejemplo Gates: 1995 y 1999 y Negroponte, 1995). Sin embargo la Internet, igual que cualquier otro instrumento para la propagación y el intercambio de información, no resuelve por sí sola los problemas del mundo. De hecho, ha sido casi inevitable que reproduzca algunas de las desigualdades más notables que hay en nuestros países. Mientras las naciones más industrializadas extienden el acceso a la red de redes entre porcentajes cada vez más altos de sus ciudadanos, la Internet sigue siendo ajena a casi la totalidad de la gente en los países más pobres o incluso en zonas o entre segmentos de la población marginados aún en los países más desarrollados.
  • Heterogeneidad. En los medios contemporáneos y particularmente en la Internet se duplican –y multiplican– actitudes, opiniones, pensamientos y circunstancias que están presentes en nuestras sociedades. Si en estas sociedades hay creatividad, inteligencia y arte, sin duda algo de eso se reflejará en los nuevos espacios de la Sociedad de la Información. Pero de la misma manera, puesto que en nuestras sociedades también tenemos prejuicios, abusos, insolencias y crímenes, también esas actitudes y posiciones estarán expresadas en estos medios. Particularmente, la Internet se ha convertido en foro para manifestaciones de toda índole aunque con frecuencia otros medios exageran la existencia de contenidos de carácter agresivo o incómodo, según el punto de vista de quien los aprecie.
  • Desorientación. La enorme y creciente cantidad de información a la que podemos tener acceso no sólo es oportunidad de desarrollo social y personal. También y antes que nada, se ha convertido en desafío cotidiano y en motivo de agobio para quienes recibimos o podemos encontrar millares de noticias, símbolos, declaraciones, imágenes e incitaciones de casi cualquier índole a través de los medios y especialmente en la red de redes. Esa plétora de datos no es necesariamente fuente de enriquecimiento cultural, sino a veces de aturdimiento personal y colectivo. El empleo de los nuevos medios requiere destrezas que van más allá de la habilidad para abrir un programa o poner en marcha un equipo de cómputo. Se necesitan aprendizajes específicos para elegir entre aquello que nos resulta útil, y lo mucho de lo que podemos prescindir.
  • Ciudadanía pasiva. La dispersión y abundancia de mensajes, la preponderancia de los contenidos de carácter comercial y particularmente propagados por grandes consorcios mediáticos y la ausencia de capacitación y reflexión suficientes sobre estos temas, suelen aunarse para que en la Sociedad de la Información el consumo prevalezca sobre la creatividad y el intercambio mercantil sea más frecuente que el intercambio de conocimientos. No pretendemos que no haya intereses comerciales en los nuevos medios –al contrario, ellos suelen ser el motor principal para la expansión de la tecnología y de los contenidos–. Pero sí es pertinente señalar esa tendencia, que se ha sobrepuesto a los proyectos más altruistas que han pretendido que la Sociedad de la Información sea un nuevo estadio en el desarrollo cultural y en la humanización misma de nuestras sociedades[3].
Con todo lo anterior podemos tener claro cuales han sido los rasgos de esta sociedad de la información en la que estamos, además de cómo el comercio electrónico se ha vuelto para vital en nuestro diario vivir y como el mismo va a seguir siendo un pilar fundamental en nuestro mundo actual.

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