Indudablemente
todos soñamos con encontrar la idea de negocios perfecta que encaje
perfectamente con lo que nos gusta hacer y con esto llegar a tener el negocio
ideal, ese con el que soñemos despertarnos para
trabajar por él. Pero no siempre este sueño se convierte en una feliz
realidad, ya que no basta con soñar o desear un negocio o trabajo sino no
existe una pasión por aquello que nos gustaría hacer.
La gran diferencia entre un emprendedor y una persona
del común radica, en que la primera exhibe una gran pasión por lo que hace, lo
cual la transforma en el motor de su vida. No hay nada más apasionante que
encontrar ese gusto por la labor que se realizar, la cual llega a constituirse
como un ingrediente mágico para hacer que esta se convierta en fuente de
beneficios para todos los stakeholders. Gracias a la gran pasión que los
emprendedores ostentan surge gran parte de la energía para mantenerse fuerte en
las decisiones y momentos difíciles en los que todo negocio puede afrontar para
convertirlo en una actividad rentable.
Para muchos mortales las crisis solo representan
momentos de pánico e incertidumbre donde todo el panorama se oscurece y la luz
al final del camino se ve cada vez mas distante, sin embargo para muchos pocos
la crisis es una oportunidad gigantesca para desarrollar negocios exitosos
dentro de las crisis.
La pasión es el factor diferenciador dentro del éxito
y el fracaso en una iniciativa empresarial o un proyecto de emprendimiento. Además
de la pasión se debe ser autentico, intuitivo y creativo para lograr las metas
y objetivos propuestos en la idea de negocio que se desee implementar.
Todos
y cada uno de nosotros podemos crear una empresa o trabajar en ella pero el que
cuente con mayor pasión por lo que hace fácilmente se podrá destacar dentro del
grupo,. Por eso es importante buscar ese trabajo o negocio ideal para
potencializar las habilidades de cada persona.
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