Sin lugar a duda en las últimas
dos décadas hemos sido testigos como alrededor del mundo han ocurrido grandes
cambios tanto económicos como sociales, políticos, culturales y tecnológicas,
los cual han sido impulsados gracias a la globalización. Todos estos cambios
han cambiado nuestros hábitos de consumo, forma de vida, de pensar y actuar
frente al mundo y las situaciones que día a día nos rodean. La globalización ha
acabado con todo tipo de barreras, restricciones y muros entre las naciones y
las personas. Debido a las diferentes transformaciones y los entornos
cambiantes en los que el hombre ha estado durante toda su existencia, han
provocado y a la vez incentivado que el hombre busque manera de superarse y
desarrollar nuevas tecnologías, metodologías e inventar nuevos productos con
tal de facilitar y mejorar el diario vivir. De esta necesidad nació el
internet, “Podemos definir a Internet como una "red de redes", es decir, una red que no sólo
interconecta computadoras, sino que interconecta redes de computadoras entre
sí.
Una red de computadoras es un conjunto de máquinas que se comunican a través de algún medio (cable coaxial, fibra óptica, radiofrecuencia, líneas telefónicas, etc.) con el objeto de compartir recursos. De esta manera, Internet sirve de enlace entre redes más pequeñas y permite ampliar su cobertura al hacerlas parte de una "red global". Esta red global tiene la característica de que utiliza un lenguaje común que garantiza la intercomunicación de los diferentes participantes; este lenguaje común o protocolo (un protocolo es el lenguaje que utilizan las computadoras al compartir recursos) se conoce como TCP/IP[1]”.
Una red de computadoras es un conjunto de máquinas que se comunican a través de algún medio (cable coaxial, fibra óptica, radiofrecuencia, líneas telefónicas, etc.) con el objeto de compartir recursos. De esta manera, Internet sirve de enlace entre redes más pequeñas y permite ampliar su cobertura al hacerlas parte de una "red global". Esta red global tiene la característica de que utiliza un lenguaje común que garantiza la intercomunicación de los diferentes participantes; este lenguaje común o protocolo (un protocolo es el lenguaje que utilizan las computadoras al compartir recursos) se conoce como TCP/IP[1]”.
Definitivamente el internet llego para quedarse, para cambiarnos la
forma de vivir y convivir entre nosotros mismo, esto marco la historia del ser
humano en dos, la era antes del internet y la era pos internet. Indudablemente el internet nos trajo dos
avances importantes que cambiaron la forma de hacer negocios, estos cambios
fueron el “e-commerce” y el “e-business”. Las definiciones del E-commerce son
muchas para algunos significa vender artículos a través del www; Para
otros incluye el cobrar por el contenido de un Web Site o hacer publicidad a
través de Internet y ofrecer servicios de e-mail. Y por el otro lado el
E-business que para muchos significa ir
más allá y se habla de transacciones no sólo entre compañía - cliente
individual, sino transacciones entre compañías. Sin importar la definición de
estos dos términos, lo importante es entender que esta será la próxima
tendencia en la evolución de los
negocios y de la economía mundial, hacia la que todos están migrando.
Dentro de este
surgimiento del comercio electrónico existen dos conceptos que hay que
aclararlos los cuales son B2C & B2B. El business to consumer es el
comercio electrónico que realizan las empresas con los particulares.
Potencialmente, tiene un gran recorrido a largo plazo y en la actualidad se va
asentando en sectores como la distribución alimentaria. Así, las grandes
cadenas de supermercados e hipermercados ya disponen en sus portales de
aplicaciones de venta a través de internet[2]. y el busines to business es la parte de las relaciones entre jugadores
activos de la cadena económica: productores, proveedores,
intermediarios, transportistas, etc.
La tecnología del
internet creo la revolución de la era digital, la cual es considera como el
gran explosor de la globalización, ya
que esta se hizo más profunda y se expandió con mayor rapidez gracias al
internet, el nacimiento del email permitió que las personas se comunicaran en
tiempo real, sin importar el lugar, el tiempo o ubicación. Estos fueron tres
conceptos que la globalización y la tecnología como el internet cambiaron
radicalmente. Gracias a lo anterior nacieron empresas como Amazon, que
actualmente es uno de los gigantes de internet, que comenzó vendiendo libros y
ahora vende un centenar de productos a millones de clientes a nivel mundial; la
tienda de música virtual Itunes store, que fue lanzada por Apple, que cambio la
forma de comprar música y claramente también redujo los costos de los mismos;
Ebay con la revolución de las compras de diferentes artículos por internet,
Zappos con los zapatos y el nacimiento de los motores de búsqueda, las redes
sociales y demás, son claros ejemplos como el internet ha desarrollado nuevos
negocios y ha cambiado paradigmas además de crear e impulsar el comercio
electrónico.
Indudablemente el
comercio electrónico nos ha facilitado la vida, nos cambio la forma de hacer
compras y redujo los costos de los mismos, nos puso el mundo en un click, ya
que podemos comprar miles de productos en un solo día sin movernos de un sitio,
y lo mejor de todo nos llega a la puerta de nuestra casa en tiempo record. Pero esto no ha sido del todo bueno ya que
personas inescrupulosas han utilizado el estallido del comercio electrónico
para estafar y robar a muchos incautos que utilizan estos servicios.
Por otro lado
escuchamos que se habla mucho de la sociedad de la información, pero nos
preguntamos ¿Qué rasgos la definen? ¿ qué tanto puede cambiar o cambio la vida
de las personas esta sociedad? , estas son preguntas que muchos nos hacemos pero a continuación
dispondremos de 10 rasgos de la sociedad de la información según Raúl Trejo Delarbre
- Exuberancia..
Disponemos de una apabullante y diversa cantidad de datos. Se trata de un
volumen de información tan profuso que es por sí mismo parte del escenario
en donde nos desenvolvemos todos los días.
- Omnipresencia.
Los nuevos instrumentos de información, o al menos sus contenidos, los
encontramos por doquier, forman parte del escenario público contemporáneo
(son en buena medida dicho escenario) y también de nuestra vida privada.
Nuestros abuelos (o bisabuelos, según el rango generacional en el que
estemos ubicados) fueron contemporáneos del surgimiento de la radio, se
asombraron con las primeras transmisiones de acontecimientos internacionales
y tenían que esperar varios meses a que les llegara una carta del
extranjero; para viajar de Barcelona a Nueva York lo más apropiado era
tomar un buque en una travesía de varias semanas. La generación siguiente
creció y conformó su imaginario cultural al lado de la televisión, que
durante sus primeras décadas era sólo en blanco y negro, se enteró con
pasmo y gusto de los primeros viajes espaciales, conformó sus preferencias
cinematográficas en la asistencia a la sala de cine delante de una
pantalla que reflejaba la proyección de 35mm y ha transitado no sin
asombro de la telefonía alámbrica y convencional a la de carácter celular
o móvil. Los jóvenes de hoy nacieron cuando la difusión de señales
televisivas por satélite ya era una realidad, saben que se puede cruzar el
Atlántico en un vuelo de unas cuantas horas, han visto más cine en
televisión y en video que en las salas tradicionales y no se asombran con
la Internet porque han crecido junto a ella durante la última década:
frecuentan espacios de chat, emplean el correo electrónico y manejan
programas de navegación en la red de redes con una habilidad literalmente
innata. Esa es la Sociedad de la Información. Los medios de comunicación
se han convertido en el espacio de interacción social por excelencia, lo
cual implica mayores facilidades para el intercambio de preocupaciones e
ideas pero, también, una riesgosa supeditación a los consorcios que tienen
mayor influencia, particularmente en los medios de difusión abierta (o
generalista, como les llaman en algunos sitios).
- Irradiación. La
Sociedad de la Información también se distingue por la distancia hoy
prácticamente ilimitada que alcanza el intercambio de mensajes. Las
barreras geográficas se difuminan; las distancias físicas se vuelven
relativas al menos en comparación con el pasado reciente. Ya no tenemos
que esperar varios meses para que una carta nuestra llegue de un país a
otro. Ni siquiera debemos padecer las interrupciones de la telefonía
convencional. Hoy en día basta con enviar un correo electrónico, o e-mail,
para ponernos en contacto con alguien a quien incluso posiblemente no
conocemos y en un país cuyas coordenadas tal vez tampoco identificamos del
todo.
- Velocidad. La
comunicación, salvo fallas técnicas, se ha vuelto instantánea. Ya no es
preciso aguardar varios días, o aún más, para recibir la respuesta del
destinatario de un mensaje nuestro e incluso existen mecanismos para
entablar comunicación simultánea a precios mucho más bajos que los de la
telefonía tradicional.
- Multilateralidad
/ Centralidad. Las capacidades técnicas de la comunicación contemporánea
permiten que recibamos información de todas partes, aunque lo más
frecuente es que la mayor parte de la información que circula por el mundo
surja de unos cuantos sitios. En todos los países hay estaciones de
televisión y radio y en muchos de ellos, producción cinematográfica.. Sin
embargo el contenido de las series y los filmes más conocidos en todo el
mundo suele ser elaborado en las metrópolis culturales. Esa tendencia se
mantiene en la Internet, en donde las páginas más visitadas son de origen
estadounidense y, todavía, el país con más usuarios de la red de redes
sigue siendo Estados Unidos.
- Interactividad /
Unilateralidad. A diferencia de la comunicación convencional (como la que
ofrecen la televisión y la radio tradicionales) los nuevos instrumentos
para propagar información permiten que sus usuarios sean no sólo
consumidores, sino además productores de sus propios mensajes. En la
Internet podemos conocer contenidos de toda índole y, junto con ello,
contribuir nosotros mismos a incrementar el caudal de datos disponible en
la red de redes. Sin embargo esa capacidad de la Internet sigue siendo
poco utilizada. La gran mayoría de sus usuarios son consumidores pasivos
de los contenidos que ya existen en la Internet.
- Desigualdad. La
Sociedad de la Información ofrece tal abundancia de contenidos y tantas
posibilidades para la educación y el intercambio entre la gente de todo el
mundo, que casi siempre es vista como remedio a las muchas carencias que
padece la humanidad. Numerosos autores, especialmente los más conocidos
promotores de la Internet, suelen tener visiones fundamentalmente
optimistas acerca de las capacidades igualitarias y liberadoras de la red
de redes (por ejemplo Gates: 1995 y 1999 y Negroponte, 1995). Sin embargo
la Internet, igual que cualquier otro instrumento para la propagación y el
intercambio de información, no resuelve por sí sola los problemas del
mundo. De hecho, ha sido casi inevitable que reproduzca algunas de las
desigualdades más notables que hay en nuestros países. Mientras las
naciones más industrializadas extienden el acceso a la red de redes entre
porcentajes cada vez más altos de sus ciudadanos, la Internet sigue siendo
ajena a casi la totalidad de la gente en los países más pobres o incluso
en zonas o entre segmentos de la población marginados aún en los países
más desarrollados.
- Heterogeneidad.
En los medios contemporáneos y particularmente en la Internet se duplican
–y multiplican– actitudes, opiniones, pensamientos y circunstancias que
están presentes en nuestras sociedades. Si en estas sociedades hay
creatividad, inteligencia y arte, sin duda algo de eso se reflejará en los
nuevos espacios de la Sociedad de la Información. Pero de la misma manera,
puesto que en nuestras sociedades también tenemos prejuicios, abusos,
insolencias y crímenes, también esas actitudes y posiciones estarán
expresadas en estos medios. Particularmente, la Internet se ha convertido
en foro para manifestaciones de toda índole aunque con frecuencia otros
medios exageran la existencia de contenidos de carácter agresivo o
incómodo, según el punto de vista de quien los aprecie.
- Desorientación.
La enorme y creciente cantidad de información a la que podemos tener
acceso no sólo es oportunidad de desarrollo social y personal. También y
antes que nada, se ha convertido en desafío cotidiano y en motivo de
agobio para quienes recibimos o podemos encontrar millares de noticias,
símbolos, declaraciones, imágenes e incitaciones de casi cualquier índole
a través de los medios y especialmente en la red de redes. Esa plétora de
datos no es necesariamente fuente de enriquecimiento cultural, sino a
veces de aturdimiento personal y colectivo. El empleo de los nuevos medios
requiere destrezas que van más allá de la habilidad para abrir un programa
o poner en marcha un equipo de cómputo. Se necesitan aprendizajes
específicos para elegir entre aquello que nos resulta útil, y lo mucho de
lo que podemos prescindir.
- Ciudadanía
pasiva. La dispersión y abundancia de mensajes, la preponderancia de los
contenidos de carácter comercial y particularmente propagados por grandes
consorcios mediáticos y la ausencia de capacitación y reflexión
suficientes sobre estos temas, suelen aunarse para que en la Sociedad de
la Información el consumo prevalezca sobre la creatividad y el intercambio
mercantil sea más frecuente que el intercambio de conocimientos. No
pretendemos que no haya intereses comerciales en los nuevos medios –al
contrario, ellos suelen ser el motor principal para la expansión de la
tecnología y de los contenidos–. Pero sí es pertinente señalar esa
tendencia, que se ha sobrepuesto a los proyectos más altruistas que han
pretendido que la Sociedad de la Información sea un nuevo estadio en el
desarrollo cultural y en la humanización misma de nuestras sociedades[3].
Con todo lo anterior podemos tener claro cuales han sido los rasgos de
esta sociedad de la información en la que estamos, además de cómo el comercio
electrónico se ha vuelto para vital en nuestro diario vivir y como el mismo va
a seguir siendo un pilar fundamental en nuestro mundo actual.
[3] Diez rasgos de la Sociedad
de la Información; Disponible en: http://www.oei.es/revistactsi/numero1/trejo.htm
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