ANTECEDENTES.
El Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en ingles) es un Bloque comercial de ámbito
regional, el cual está conformado por Estados
Unidos, Canadá y México ,
entro en vigor el 1 de enero de 1994 y establece una
zona de libre comercio. A diferencia de otros tratados o convenios similares como el de
la Unión Europea, en este no se crearon organismos
centrales de coordinación política o social. En este tratado existe sólo una
secretaría para administrar, y tres secciones: la sección canadiense, ubicada
en Ottawa;
la sección mexicana, ubicada en la Ciudad de México, y la sección estadounidense, ubicada
en Washington, DC.
INTEGRACIÓN
COMERCIAL ECONÓMICA MÉXICO - E.U.
Gracias a la estrategia de
internacionalización propuesta en los años 90´s por parte del gobierno mexicano para fomentar el desarrollo de la economía a través de la
promoción de exportaciones, en la cual se establecieron una serie de políticas;
de liberalización comercial; de negociación internacional que facilitaron el
acceso a los mercados externos.
Como resultado de esta política
de liberalización comercial; los Estados Unidos se convirtieron en el principal
socio comercial para México. Este último
ocupa el tercer lugar dentro de los principales socios comerciales después de Canadá y de Japón con los Estados
Unidos. Durante muchos años se han negociado diversos acuerdos comerciales con
los Estados Unidos, con el fin de propiciar y facilitar los flujos comerciales,
flujo de capital y flujo de mano de obra.
Sin embargo, a pesar de la
existencia de tales acuerdos, ha persistido una fuerte política de protección arancelaria que restringe las
exportaciones mexicanas. Así mismo, existen altas tarifas arancelarias las
cuales superan el arancel máximo mexicano en algunas fracciones en las que
México tiene la capacidad de ser competitivo. Otros problemas a los que se
enfrentan los productores mexicanos para su exportación al país vecino son las
restricciones no arancelarias y el procedimiento antidumping.
Durante la década de los 90´s México
se convirtió en el principal proveedor de materias primas, productos agrícolas
y de bienes manufacturados a los Estados Unidos. De esta manera surge la
necesidad de mejorar las negociaciones con los Estados Unidos para permitir y
asegurar el acceso de los productos mexicanos con miras a reducir la
vulnerabilidad de las exportaciones mexicanas ante decisiones unilaterales.
OBJETIVOS DEL
TRATADO DE LIBRE COMERCIO.
El
tratado comercio de América Del Norte represento para México una oportunidad
para la liberalización económica y ayuda para lograr la verdadera
transformación estructural de la economía con la que podrá aspirar a
incrementar el empleo y mejorar el
ingreso de los trabajadores, así como mejorar la competitividad de la industria
mexicana, con lo que se logra elevar el
nivel de vida de la población y asegurar un acceso constante a los mercados estadounidenses
y canadienses
Este TLC significo la posibilidad de asociarse con
la mayor potencial mundial, con el país que más bienes y servicios demanda de
forma constante y con el país con mayor consumo interno del mundo.
Los siguientes son los objetivos que México quiere
alcanzar con la firma del Tratado en el
largo plazo:
1. Aumentar el tamaño de los mercados.
2. Dar certidumbre al exportador.
3. Eliminar las medidas proteccionistas unilaterales.
4. Competir internacionalmente.
5. Incrementar el bienestar de la población mexicana.
A través
de la oficina de negociación del TLC, se establecieron una serie de objetivos
que a continuación se relacionan y cuyo fin es legalizar las relaciones de
intercambio entre los países miembros:
1. Aprovechar la cercanía
existente entre las economías de México, Estado Unidos y Canadá, tanto en
dotación de recursos como en los procesos productivos, incrementando la
competitividad de toda la región respecto al resto del mundo.
2. Promover un mejor y más
seguro acceso de productos mexicanos a
Estados Unidos y Canadá. El hecho de que México se ha vuelto un exportador neto
de manufacturas le es indispensable asegurar un acceso estable a los mercados
internacionales y en especial al de Estados Unidos, su principal mercado con el
que existen crecientes presiones proteccionistas.
3. Reducir la
vulnerabilidad de las exportaciones mexicanas ante medidas unilaterales y
discrecionales. Esta reducción se logrará con la implantación de un órgano de
arbitraje de carácter natural para la resolución de disputas que evite la
aplicación de dichas medidas
4. Permitir a México
profundizar el cambio estructural de su economía, al propiciar el crecimiento y
fortalecimiento de la industria mediante un sector exportador sólido y con
mayores niveles de competitividad. Esto quiere decir que México espera con su
inserción al mercado norteamericano facilitar la reestructuración eficiente de
la industria mexicana a largo plazo.
5. Cooperar a crear
empleos más productivos que incrementen el bienestar de la población nacional.
6. Eliminación de
barreras arancelarias y no arancelarias, a través del establecimiento de
paneles para la resolución de disputas comerciales.
RIESGOS DEL TRATADO
DE LIBRE COMERCIO.
Una
vez establecidos los objetivos y analizados los beneficios a obtener con la firma del Tratado,
es necesario ver los posibles aspectos negativos que este puede traer, es
decir, establecer de igual forma los posibles riesgos que ello acarreará para
los diferentes sectores económicos. Como es de conocimiento general, la
proximidad geográfica con el vecino país se ha sido considerada como una ventaja para el libre comercio, pero salta
a la vista que algunos estados fronterizos como Nuevo México, quien comparte la
frontera con ciudades como Chihuahua y Sonora, sean uno de aquellos estados con
los que México no comercializa en grandes proporciones.
ANÁLISIS
DEL CONTENIDO DEL TRATADO DE LIBRE COMERCIO.
El
Tratado de Libre
Comercio de América del Norte estableció compromisos en las
siguientes materias: Inversión extranjera directa; protección a los derechos de
propiedad intelectual (patentes y marcas); transferencia de tecnología,
comercio de servicios financieros y acceso a los recursos naturales
(energéticos). A su vez el gobierno mexicano negocio un Tratado Integral de
Comercio, Inversión y Servicios. El tema principal de la negociación es el de
la Política Comercial, para lo cual tiene que destacarse que los tres países en
cuestión son miembros del GATT y por lo tanto manejan sus instrumentos de
política comercial y con apego a las disciplinas del sistema multilateral de
comercio (GATT y Códigos de Conducta). Lo más destacado de esta política son las reducciones arancelarias, tanto por lo que
hace en niveles a consolidar, como en cuanto a plazos y gradualismo.
CONCLUSIÓN
El tratado de libre comercio
hecho ha sido beneficioso para las tres naciones, principal mente para Estados
Unidos aunque esto no significa que no haya sido benéfico para
México y Canadá.
Este tratado toca la mayoría de
los aspectos de comercio para las tres naciones, como lo pueden ser: los
productos agrícolas, materia primas en general (principales materias de
exportación en México a demás del petróleo), ganadería, minería, entre otros.
A pesar de que el tratado de
libre comercio tiene un balance positivo para México se puede decir que no ha colmado
las expectativas en su totalidad las expectativas las cuales se tenían de este,
en las cuales podemos mencionar la falencia social que posee México actualmente
y que proyectaba solucionar de una
manera muy significativa con la creación de empleo por parte de la industria iba que se iba a fomentar con entrada
de capital extranjero y por lo consecuente el fortalecimiento y eventual
aumento del mercado interno.
Según el diario estadounidense
más importante, el New York
Times , reconoció a fines de 2003 que el TLC aumento la brecha
entre ricos y pobres en México . Y
agregó que: “no existe evidencia de que el tratado haya generado un aumento a
los salarios reales. De hecho los salarios están por debajo del nivel que
tenían en 1994”.
En el décimo aniversario del
tratado, el 1 de enero de 2004, el diario mexicano El Universal lo evaluó de la siguiente manera: “se han
retrotraído sectores como el rural y los servicios de educación y salud.” Ha habido
un “gran crecimiento en las exportaciones de hortalizas, frutas y verduras,
pero dificultades en los granos”. Resultó beneficiada una “minoría notable” en
la región centro-norte de México, pero los mexicanos del sur, la mayoría
campesinos.
A
través del tiempo se demostró que como resultado del TLC las empresas norteamericanas son
las grandes beneficiarias del acuerdo comercial. La realidad es que en México
el empleo es una de las cosas que más hace falta y mas se necesitan. Desde hace
20 años se ha disparado la emigración mexicana hacia Estados Unidos y Canadá.
Dado que la mano de obra es una
mercancía que no se incluyó en el TLC, los mexicanos se trasladan al país
vecino ilegalmente, poniendo en riesgo su vida y sufriendo vejaciones,
discriminaciones y maltratos. Mientras que los canadienses pueden entrar y
salir sin problemas a Estados Unidos y viceversa.
El campo se perdieron cuando al menos un millón 300 mil empleos. Esto es
debido a que competir con la industria
alimenticia norteamericana es imposible, debido a que los agricultores
estadounidenses reciben elevados subsidios, mientras que el gobierno de México
subsidia a los campesinos apenas con una décima parte de esa cantidad.
Con el TLC México terminó de
perder su soberanía alimenticia. Entre 1994-2000, México incrementó en casi
125% sus importaciones de granos, oleaginosas y otro tipo de alimentos. La
mayoría del arroz, del frijol, la leche y la soya que consumimos son importadas,
lo cual es muy grave, porque el país depende de otro país –de EU- para comer.
Sólo entre 2000-2006, México
gastó 60 mil millones de dólares al importar alimentos. Por cada peso captado
por la venta de petróleo, 60 centavos fueron gastados en comprar alimentos
extranjeros. El principal alimento de los mexicanos, el maíz, es importado casi
en su totalidad: en 1983, un año antes de entrar en vigencia el TLC, importamos
500 mil toneladas métricas, y para el año 2005 importamos 7.5 millones de
toneladas, un 1,400% más.
LECCIONES
PARA APRENDER EN COLOMBIA
Lecciones que en materia de acuerdos
comerciales se deberían tener en cuenta:
1. la
firma de un TLC no reemplazara la política pública del país. Debido a los
huecos que se han generado en Colombia por la falta de políticas claras en
materia agropecuaria, industrial o de competitividad. Como primera medida antes
de la ratificación el estado está en la obligación de definir, cómo fortalecerá
el aparato productivo, cómo facilitará las transacciones, de manera que los
exportadores realmente tengan opciones en otros mercados.
2. La internacionalización no depende solo de los
TLC. Es fundamental, antes de iniciar estos acuerdos, tener en cuenta la
viabilidad del país en temas fiscales, cambiarios y de infraestructura que
pasan por la simple firma de un tratado.
3. Hay qué saber para qué se quiere hacer un TLC. Negociar por negociar no debe
ser un objetivo., si bien los tratados son buenos como mensaje para promover el
desarrollo, antes de negociarlos tenemos que saber para qué nos sirven y cuáles
son los posibles efectos negativos que tendrá para poder crear políticas que resarzan esos daños de manera
adecuada y rápida.
4. No solo hay que firmar los tratados, hay que aprovecharlos al máximo. Aunque
en Colombia buena parte de sus exportaciones siguen concentradas en bienes que
se vendían hace tres décadas, es necesario que se impulsen otros sectores para
sacarle el debido provecho. No contamos con una oferta exportable que nos permita sacar
provecho de ciertas preferencias, cada
día dependemos más de las exportaciones de bienes primarios.
5. La Competencia es necesaria pero es necesario tener competitividad. Abrir el
mercado nacional es necesario porque a los empresarios al pensar que van a
entrar nuevos competidores, produce una necesidad imperante por parte de estos
en producir más productos, de mejor calidad y mejores precios. Un claro
ejemplo es caso de la negociación con Estados Unidos,
que impulsó a partir de 2003 una serie de inversiones en el aparato productivo
colombiano que posiblemente no se hubiera dado de no haber existido la
expectativa del TLC con este país.
8. Asociatividad como eje de desarrollo. Muchos sectores productivos entienden
los acuerdos como oportunidades que pueden aprovechar solo de manera
individual. Esto no es la actitud correcta, ya que las individualidades deben
derrotarse para lograr un trabajo en cadenas en el que se pueda competir con
más fuerza ante el mercado externo, las empresas colombianas no deben verse
como competidores o enemigos entre sí sino como parte de un mismo equipo que
debe trabajar unido para conseguir mejores resultados.